Datos de la autora:
Katherine L. García
Estudiante de Licenciatura en Arqueología
San Salvador, 2016
La arqueología es una de las ciencias sociales que con el
paso de los años ha ido diversificando su uso, además de ser una ciencia que
estudia al ser humano por medio de los restos materiales, estos restos no se
han visto limitados a periodos pre coloniales pues se han ido desarrollando
diferentes ramas de la arqueología desde arqueología mesoamericana hasta ramas
más específicas como la arqueología industrial, arqueología forense y muchas
otras. Ante esto, muchos investigadores como Franz Boas, Lewis Binford, Ian
Hodder y muchos más, han desarrollan diferentes enfoques para poder aproximarse
a unos resultados más íntegros y confiables en arqueología.
Según Renfrew y Bahn (2007), la
arqueología es la ciencia que se encarga de descubrir el pasado por medio del
análisis y la interpretación científica teniendo como base el estudio de las
sociedades del pasado utilizando principalmente los restos materiales de estas
poblaciones, dentro de los cuales destacan las construcciones y artefactos
elaborados por el ser humano.
Debido a
ello, con el paso de los años se han ido desarrollando diferentes tendencias
que van desde la arqueológica histórica-cultural dentro de la cual fijar un
orden cronológico era lo más importante, hasta la arqueología post procesual en
la que se critica la rigidez del método científico y se considera que las
interpretaciones varían dependiendo de muchos elementos como lo son el sujeto
de estudio y el contexto socio cultural del investigador (Hernando, 1992;
Johnson, 2000).
De esta
forma, surgen distintos enfoques teóricos en la arqueología, impulsando
simultáneamente el surgimiento de nuevas temáticas o punto de enteres de esta
ciencia, muchos de los cuales se actualmente se consideran que cortan
transversalmente el esquema teorético que ha sido establecido hasta el momento,
dentro de las cuales se encuentra la Arqueología de Género (Johnson, 2000).
Arqueología de género
Según Serra,
Lazcano, y de la Torre (2004), durante la década de 1990 se inician nuevos
campos de investigación y análisis en arqueología, dentro de este período surge
la “arqueología de género” que busca rescatar información sobre la construcción
de roles de género, la relación entre los hombres y las mujeres dentro de los
procesos sociales y las ideologías y representaciones que conforman a una cultura.
Por otro lado, Johnson (2000),
plantea que la arqueología de género:
Abarca diversas cuestiones que
incluyen: la corrección de sesgo androcéntrico en arqueología, la crítica de
las estructuras que gobiernan la práctica arqueología: la revisión de la historia
de la arqueología, la investigación del género en arqueología, y una crítica de
lo que se ve como naturaleza androcéntrica del conocimiento académico y del
mundo académico en general. (pp. 154).
Asimismo, Gosden (1999) plantea que
la teoría feminista enfatiza en el hecho de que en la vida humana, ningún
aspecto (como el género) debe o puede considerarse de forma aislada pues toda
identidad humana se crea por medio de diferentes influencias y especialmente en
el caso del género, pues este es considerado no como un aspecto invariante
dentro de la vida de las personas, sino algo que es tomado en cuenta en
circunstancias y situaciones particulares, esto se debe a que se considera a
cada persona como un ente que está en un estado constante de cambio, debido a
ello es que algunos investigadores tienden a relacionar la arqueología de
género con la arqueología de agencia.
Personalmente, me encuentro de
acuerdo con Gosden pues considero que el género tiene bastante importancia para
un estudio arqueológico ya que es un
aspecto muy influyente dentro de la vida de una persona y esto ha sido
reflejado dentro de la historia pues constantemente se ha hecho énfasis en que
en algunas culturas, algunos roles han sido atribuidos a hombres mientras que
otros han sido atribuidos a mujeres exclusivamente.
Como se ha establecido previamente,
la arqueología de género incluye diferentes temáticas, ante la corrección del
sesgo, Johnson (2000) enfatiza en que dentro de la historia una de las
principales problemáticas ha sido el que el situar a las mujeres dentro de la
historia ha sido de gran trabajo pues ha sido difícil el interpretar su forma
de pensar lo cual es constantemente atribuido a elementos androcéntricos donde
se define un dominio masculino como algo normal o incluso natural pero, ante
esto, muchas personas feministas establecen que continuamente de forma
inconsciente muchos estudios han sido elaborados desde una perspectiva que
favorece el género masculino.
Ante lo previamente planteado, debo
estar de acuerdo ya que considero que a pesar de que como plantea Johnson, ha
sido difícil el situar a las mujeres dentro de la historia, considero que
problemáticas como estas podrían ser resueltas simplemente al llevar a cabo un
lenguaje inclusivo en el cual no se hable del “hombre” sino más bien del “ser
humano”, la “población” o “las personas”. Asimismo, considero que problemáticas
como estas podrían ser solucionadas si se tienen en cuenta elementos como los
mencionados a modo de que la persona investigadora no se limite a la obtención
de información de personas de un mismo género, al menos eso en ciencias en las
que se puede encontrar existente de ambos géneros en la población.
En arqueología sin embargo, es
frecuente el estudio de poblaciones extintas por lo que en este caso considero
que lo más apropiado es que el equipo de investigadores cuente con una mente
más abierta en la cual se reconoce que pese a que en muchos casos los hombres
han representado una posición de poder, ha sido posible identificar grupos
culturales en los que la mujer ocupaba un rol dominante dentro de la población,
por lo que al momento de realizar una interpretación, se deben tener en cuenta
estos elementos o esta apreciación podría ser un resultado exagerado de
investigadores que se centraron en la idea de una sociedad patriarcal.
Es posible observar esta dinámica
reflejada en interpretaciones arqueológicas salvadoreñas como es el caso del
Sitio Arqueológico Joya de Cerén donde una de las estructuras ha sido
interpretada como el hogar de un chamán o una chamana.
Por un lado, algunos investigadores
consideran que la estructura correspondiente al uso de la persona encargada de
las prácticas rituales, conocida con el título de “chamán”, era el hogar o
lugar de trabajo de una chamana, es decir, una mujer; tomando como base la
presencia de un peine cerca de la estructura, pero el género de este personaje
aún se encuentra sujeto a interpretaciones e investigaciones.
Lo anterior me conduce a discutir el
por qué en un principio (antes del hallazgo del peine) gran parte de la
población no veía problema en aceptar que la estructura era de un chamán pero
tras el hallazgo, se ha iniciado una discusión en la cual parece ser difícil el
aceptar que una mujer pudo haber desempeñado este rol. Encuentro esto muy
curioso pues se fundamentó que la persona era hombre basándose en que en la
mayoría de los grupos mesoamericanos, los hombres ocupaban un rol dominante,
sin embargo, se ha encontrado evidencia que señala que una mujer pudo haber
ocupado este puesto y entonces surge un debate científico sobre la temática lo
cual continua desarrollándose.
Es decir, parece ser que es más
difícil aceptar que una mujer mesoamericana desempeñara el rol de chamana que
el que un hombre ejerciera esta función debido a lo que la mayoría de interpretaciones
a lo largo de los años han señalado de los grupos mesoamericanos.
Esta problemática es planteada por
Renfrew y Bahn (2007), quienes afirman que el estudio de la arqueología de
género es importante pues permite contrarrestar múltiples tendencias previas
dentro de las cuales destaca la visión androcéntrica de que el rol de la mujer
prehispánica se limitó al de ser madre y compañera sexual.
De este modo, recientemente se ha ido
reconociendo el papel de la arqueología de género como una forma de igualar el
interés en arqueología sobre los hombres y mujeres impulsando así el desarrollo
de estudios comparativos.
Bárcena (s. f.), afirma que culturas
como los mexicas consideraban igual de poderosas a las diosas que a los dioses
siendo ambos reconocidos y venerados de igual forma pues las diosas eran
consideradas como el soporte de la sociedad, constructoras y protectoras y son
ellas quienes protagonizan el nacimiento de grandes dioses de esta cultura.
Entre estas diosas mexicas se encuentran Xochiquetzal, Coatlicue, Teteoinan,
Tonantzin, Chicomecóatl, entre otros.
De este modo, a pesar de que muchas
mujeres se encargaban de las actividades domésticas dentro de una población,
dependiendo de su linaje y oficio, desempeñaban diferentes actividades tales como
astrologas, curanderas, parteras e inclusive prostitutas, roles respetados y
reconocidos por la población (Bárcena, s. f.).
Consideraciones finales
El género es un elemento importante
dentro de lo que constituye la identidad de una persona pues se manifiesta en
la forma en la que se vive, expresa y siente, permitiendo así que tanto la
identidad como el género se expresen combinados en las actitudes que brindan
los parámetros socio-culturares a un grupo determinado (López Hernández &
Rodríguez-Shadow, 2011).
Debido a esto, la incorporación de
una perspectiva basada en la arqueología de género es de gran necesidad para
lograr el desarrollo de investigaciones integras y objetivas actualmente pues
si se le otorga importancia solo a el hombre o solo a la mujer, se le quita
representatividad al otro género.
Por medio de esta investigación se
han presentado diferentes ejemplos sobre la forma en la cual se evidencia la
importancia que desempeñaron ambos géneros para una población mesoamericana, a
pesar de que la mayoría de ejemplos son en relación al rol de la mujer, la
arqueología de género no se enfoca solo a este género pues de hacerlo sería la
arqueología feminista; mientras que la arqueología de género busca corregir la
idea de que los hombres fueron los únicos que cumplieron un rol de liderazgo o
de importancia para las sociedades pasadas.
Referencias
Bárcena, L. (s. f.). Universidad Autónoma del
Estado de Hidalgo. Obtenido de La mujer gobernante en la época
prehispánica: https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/prepa4/n5/e1.html#refe1
Hernando, A. (1992). Enfoques Teóricos
en Arqueología. Madrid.
Johnson, M. (2000). Teoria
Arqueológica. Una Introducción. Barcelona: Editorial Ariel.
López Hernández, M., &
Rodríguez-Shadow, M. (2011). Género y sexualidad en el México antiguo.
México: Centro de Estudios de Antropologia de la mujer.
Renfrew, C., & Bahn, P. (2007). Arqueología.
España: Akal.
Serra, M., Lazcano, J., & de la
Torre, M. (2004). Explotación prehispánica de recursos en el sur del valle de
Tlaxcala: una perspectiva de género. En P. Alberti, Género, ritual y
desarrollo sostenido en comunidades rurales de Tlaxcala (págs. 199-218).
México.