miércoles, 14 de diciembre de 2016

Análisis Crítico sobre la Arqueología de Género

Datos de la autora: 
Katherine L. García 
Estudiante de Licenciatura en Arqueología 
San Salvador, 2016

           La arqueología es una de las ciencias sociales que con el paso de los años ha ido diversificando su uso, además de ser una ciencia que estudia al ser humano por medio de los restos materiales, estos restos no se han visto limitados a periodos pre coloniales pues se han ido desarrollando diferentes ramas de la arqueología desde arqueología mesoamericana hasta ramas más específicas como la arqueología industrial, arqueología forense y muchas otras. Ante esto, muchos investigadores como Franz Boas, Lewis Binford, Ian Hodder y muchos más, han desarrollan diferentes enfoques para poder aproximarse a unos resultados más íntegros y confiables en arqueología.
Según Renfrew y Bahn (2007), la arqueología es la ciencia que se encarga de descubrir el pasado por medio del análisis y la interpretación científica teniendo como base el estudio de las sociedades del pasado utilizando principalmente los restos materiales de estas poblaciones, dentro de los cuales destacan las construcciones y artefactos elaborados por el ser humano.
            Debido a ello, con el paso de los años se han ido desarrollando diferentes tendencias que van desde la arqueológica histórica-cultural dentro de la cual fijar un orden cronológico era lo más importante, hasta la arqueología post procesual en la que se critica la rigidez del método científico y se considera que las interpretaciones varían dependiendo de muchos elementos como lo son el sujeto de estudio y el contexto socio cultural del investigador (Hernando, 1992; Johnson, 2000).
            De esta forma, surgen distintos enfoques teóricos en la arqueología, impulsando simultáneamente el surgimiento de nuevas temáticas o punto de enteres de esta ciencia, muchos de los cuales se actualmente se consideran que cortan transversalmente el esquema teorético que ha sido establecido hasta el momento, dentro de las cuales se encuentra la Arqueología de Género (Johnson, 2000).

Arqueología de género       
            Según Serra, Lazcano, y de la Torre (2004), durante la década de 1990 se inician nuevos campos de investigación y análisis en arqueología, dentro de este período surge la “arqueología de género” que busca rescatar información sobre la construcción de roles de género, la relación entre los hombres y las mujeres dentro de los procesos sociales y las ideologías y representaciones que conforman a una cultura.
Por otro lado, Johnson (2000), plantea que la arqueología de género:
Abarca diversas cuestiones que incluyen: la corrección de sesgo androcéntrico en arqueología, la crítica de las estructuras que gobiernan la práctica arqueología: la revisión de la historia de la arqueología, la investigación del género en arqueología, y una crítica de lo que se ve como naturaleza androcéntrica del conocimiento académico y del mundo académico en general. (pp. 154).
Asimismo, Gosden (1999) plantea que la teoría feminista enfatiza en el hecho de que en la vida humana, ningún aspecto (como el género) debe o puede considerarse de forma aislada pues toda identidad humana se crea por medio de diferentes influencias y especialmente en el caso del género, pues este es considerado no como un aspecto invariante dentro de la vida de las personas, sino algo que es tomado en cuenta en circunstancias y situaciones particulares, esto se debe a que se considera a cada persona como un ente que está en un estado constante de cambio, debido a ello es que algunos investigadores tienden a relacionar la arqueología de género con la arqueología de agencia.
Personalmente, me encuentro de acuerdo con Gosden pues considero que el género tiene bastante importancia para un estudio arqueológico ya que  es un aspecto muy influyente dentro de la vida de una persona y esto ha sido reflejado dentro de la historia pues constantemente se ha hecho énfasis en que en algunas culturas, algunos roles han sido atribuidos a hombres mientras que otros han sido atribuidos a mujeres exclusivamente.
Como se ha establecido previamente, la arqueología de género incluye diferentes temáticas, ante la corrección del sesgo, Johnson (2000) enfatiza en que dentro de la historia una de las principales problemáticas ha sido el que el situar a las mujeres dentro de la historia ha sido de gran trabajo pues ha sido difícil el interpretar su forma de pensar lo cual es constantemente atribuido a elementos androcéntricos donde se define un dominio masculino como algo normal o incluso natural pero, ante esto, muchas personas feministas establecen que continuamente de forma inconsciente muchos estudios han sido elaborados desde una perspectiva que favorece el género masculino.
Ante lo previamente planteado, debo estar de acuerdo ya que considero que a pesar de que como plantea Johnson, ha sido difícil el situar a las mujeres dentro de la historia, considero que problemáticas como estas podrían ser resueltas simplemente al llevar a cabo un lenguaje inclusivo en el cual no se hable del “hombre” sino más bien del “ser humano”, la “población” o “las personas”. Asimismo, considero que problemáticas como estas podrían ser solucionadas si se tienen en cuenta elementos como los mencionados a modo de que la persona investigadora no se limite a la obtención de información de personas de un mismo género, al menos eso en ciencias en las que se puede encontrar existente de ambos géneros en la población.
En arqueología sin embargo, es frecuente el estudio de poblaciones extintas por lo que en este caso considero que lo más apropiado es que el equipo de investigadores cuente con una mente más abierta en la cual se reconoce que pese a que en muchos casos los hombres han representado una posición de poder, ha sido posible identificar grupos culturales en los que la mujer ocupaba un rol dominante dentro de la población, por lo que al momento de realizar una interpretación, se deben tener en cuenta estos elementos o esta apreciación podría ser un resultado exagerado de investigadores que se centraron en la idea de una sociedad patriarcal.
Es posible observar esta dinámica reflejada en interpretaciones arqueológicas salvadoreñas como es el caso del Sitio Arqueológico Joya de Cerén donde una de las estructuras ha sido interpretada como el hogar de un chamán o una chamana.
Por un lado, algunos investigadores consideran que la estructura correspondiente al uso de la persona encargada de las prácticas rituales, conocida con el título de “chamán”, era el hogar o lugar de trabajo de una chamana, es decir, una mujer; tomando como base la presencia de un peine cerca de la estructura, pero el género de este personaje aún se encuentra sujeto a interpretaciones e investigaciones.
Lo anterior me conduce a discutir el por qué en un principio (antes del hallazgo del peine) gran parte de la población no veía problema en aceptar que la estructura era de un chamán pero tras el hallazgo, se ha iniciado una discusión en la cual parece ser difícil el aceptar que una mujer pudo haber desempeñado este rol. Encuentro esto muy curioso pues se fundamentó que la persona era hombre basándose en que en la mayoría de los grupos mesoamericanos, los hombres ocupaban un rol dominante, sin embargo, se ha encontrado evidencia que señala que una mujer pudo haber ocupado este puesto y entonces surge un debate científico sobre la temática lo cual continua desarrollándose.
Es decir, parece ser que es más difícil aceptar que una mujer mesoamericana desempeñara el rol de chamana que el que un hombre ejerciera esta función debido a lo que la mayoría de interpretaciones a lo largo de los años han señalado de los grupos mesoamericanos.
Esta problemática es planteada por Renfrew y Bahn (2007), quienes afirman que el estudio de la arqueología de género es importante pues permite contrarrestar múltiples tendencias previas dentro de las cuales destaca la visión androcéntrica de que el rol de la mujer prehispánica se limitó al de ser madre y compañera sexual.
De este modo, recientemente se ha ido reconociendo el papel de la arqueología de género como una forma de igualar el interés en arqueología sobre los hombres y mujeres impulsando así el desarrollo de estudios comparativos.
Bárcena (s. f.), afirma que culturas como los mexicas consideraban igual de poderosas a las diosas que a los dioses siendo ambos reconocidos y venerados de igual forma pues las diosas eran consideradas como el soporte de la sociedad, constructoras y protectoras y son ellas quienes protagonizan el nacimiento de grandes dioses de esta cultura. Entre estas diosas mexicas se encuentran Xochiquetzal, Coatlicue, Teteoinan, Tonantzin, Chicomecóatl, entre otros.
De este modo, a pesar de que muchas mujeres se encargaban de las actividades domésticas dentro de una población, dependiendo de su linaje y oficio, desempeñaban diferentes actividades tales como astrologas, curanderas, parteras e inclusive prostitutas, roles respetados y reconocidos por la población (Bárcena, s. f.).

Consideraciones finales
El género es un elemento importante dentro de lo que constituye la identidad de una persona pues se manifiesta en la forma en la que se vive, expresa y siente, permitiendo así que tanto la identidad como el género se expresen combinados en las actitudes que brindan los parámetros socio-culturares a un grupo determinado (López Hernández & Rodríguez-Shadow, 2011).
Debido a esto, la incorporación de una perspectiva basada en la arqueología de género es de gran necesidad para lograr el desarrollo de investigaciones integras y objetivas actualmente pues si se le otorga importancia solo a el hombre o solo a la mujer, se le quita representatividad al otro género.
Por medio de esta investigación se han presentado diferentes ejemplos sobre la forma en la cual se evidencia la importancia que desempeñaron ambos géneros para una población mesoamericana, a pesar de que la mayoría de ejemplos son en relación al rol de la mujer, la arqueología de género no se enfoca solo a este género pues de hacerlo sería la arqueología feminista; mientras que la arqueología de género busca corregir la idea de que los hombres fueron los únicos que cumplieron un rol de liderazgo o de importancia para las sociedades pasadas.

Referencias

Bárcena, L. (s. f.). Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Obtenido de La mujer gobernante en la época prehispánica: https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/prepa4/n5/e1.html#refe1
Hernando, A. (1992). Enfoques Teóricos en Arqueología. Madrid.
Johnson, M. (2000). Teoria Arqueológica. Una Introducción. Barcelona: Editorial Ariel.
López Hernández, M., & Rodríguez-Shadow, M. (2011). Género y sexualidad en el México antiguo. México: Centro de Estudios de Antropologia de la mujer.
Renfrew, C., & Bahn, P. (2007). Arqueología. España: Akal.

Serra, M., Lazcano, J., & de la Torre, M. (2004). Explotación prehispánica de recursos en el sur del valle de Tlaxcala: una perspectiva de género. En P. Alberti, Género, ritual y desarrollo sostenido en comunidades rurales de Tlaxcala (págs. 199-218). México.

martes, 13 de diciembre de 2016

Evolución y Complejización Social durante el Postclásico: Cuenca El Paraíso, El Salvador

Datos de la autora: 
Katherine L. García 
Estudiante de Licenciatura en Arqueología 
San Salvador, 2016

Situado al noreste del territorio mesoamericano conocido actualmente como El Salvador, se encuentra la Cuenca El Paraíso, región geomorfológicamente enriquecida que comprende tres diferentes departamentos: Cabañas, Chalatenango y San Salvador (Martínez & Arévalo, 2007).
Esta cuenca es una de las áreas culturales salvadoreñas que muestra ocupación desde el Preclásico hasta el Postclásico, llegando así a ser ocupada desde el 2000 A.C. hasta el 1525 D.C.; dentro de esta investigación, se tomará en cuenta la época postclásica, es decir, del 900 al 1525 D.C. (Monterroso, 1999).

Periodo Postclásico (900-1525 d.C.)
Dividido entre temprano (900-1250 D.C.) y tardío (1250-1525 D.C.), el postclásico es un periodo mesoamericano que ha sido caracterizado como una época de guerras de diferente índole pues después del denominado como “colapso maya” para el 900 D.C., algunas de las poblaciones de Mesoamérica se disolvieron mientras que otras nuevas surgieron; entre estas destacan los nahua pipiles en El Salvador y los Mexicas en México (Eggebrecht, Eggebrecht, Seipel, Grube, & Krejci, 2001).
Este período tiende a describirse como uno en el que las sociedades teocrático-militares jugaron un papel protagónico en el desarrollo del área pues los gobernantes eran quienes ocupaba el liderazgo en el orden religioso y civil, aunque no al nivel que ocupó el K´ujul Ajaw en el Clásico pero el suficiente nivel de poder como para establecer un régimen militar sustentado por la economía casada en el pago tributario (Lowe, 1998; Sánchez, 2005).
Otro elemento importante dentro de la cultura del postclásico fueron las migraciones dado a que durante este periodo diferentes grupos se trasladaron de una zona a otra lo cual conllevo al desarrollo del sincretismo y al surgimiento de nuevas poblaciones. Esto se ve evidenciado también en la falta de utilización de la piedra como una manifestación artística  (Delgado, 2006; Eggebrecht, Eggebrecht, Seipel, Grube, & Krejci, 2001).
Asimismo, se considera que una de las principales características de este periodo es la existencia de un militarismo acentuado lo cual se ve manifestado en:
La formación de órdenes militares y en una serie de elementos ideológicos relacionados con la guerra, presentes sobre todo en la zona central de Mesoamérica desde el inicio del Posclásico, al parecer como consecuencia de la dispersión de los diversos grupos que salieron de Teotihuacán a la caída de esta ciudad como centro político. Tal militarismo implicó el surgimiento de líderes o caudillos que encabezaron un determinado grupo tribal, y tras conquistar algunos territorios, establecieron bajo su mando diversas unidades políticas, en permanentes guerras unos con otros (Delgado, 2006, pp 102).
            De esta forma, se observa que el postclásico fue un periodo en el que la organización social se fundamentaba en el orden militar a raíz de los problemas sociales de la época. Sin embargo, dentro de este periodo se desarrollaron diferentes dinámicas por lo cual Monterroso (1999), lo divide en temprano y tardío.
            El Postclásico Temprano (900-1250 d.C.) se caracteriza por ser una época en la que Chichen Itzá se encontraba en apogeo y presentaba una influencia tolteca por lo que se considera que los maya-toltecas fueron la población que dominó en esta época (Baudez, 2004).
            Por otro lado, el Postclásico Tardío (1250-1525 d.C.) fue un periodo caracterizado por ser el momento en el cual los centros de poder en el Altiplano de Guatemala se encuentran en su apogeo y por presentar gran influencia mexica en muchas áreas de Mesoamérica. La finalización de este periodo varía en los diferentes países que conforman actualmente Mesoamérica debido a que finaliza con la llegada de los españoles y estos llegaron en fechas diferentes a cada uno de los países (Monterroso, 1999).

Cuenca El Paraíso: Postclásico
Se conoce como “Cuenca El Paraíso” al área arqueológica que abarca Cabañas, Chalatenango y la sección noreste de San Salvador; esta cuenca destaca por presentar una geomorfología que facilitaba el movimiento de personas, el comercio, la arquitectura defensiva y la comunicación entre los pobladores del área cercana a ríos como el Lempa (Earnest, 1976).
            De esta forma, Fowler y Earnest (1983) proponen diferentes fases culturales para la Cuenca, dentro de las cuales, dos toman en cuenta el tiempo comprendido por el postclásico:
-          Fase Guazapa del periodo postclásico temprano (900-1200 D.C.)
Esta fase se caracteriza por manifestar una serie de elementos culturales como la cerámica que denotan una posible llegada de una población pipil de habla Nahuat. A esta fase pertenecen los sitios de Cihuatán, Santa María, Las Marías, San Francisco y San Jerónimo. Asimismo, el material cerámico demuestra una relación con los pobladores de Tula; por otro lado, se ha logrado identificar material lítico elaborado en obsidiana y en menor grado, en hueso.
En cuanto a la arquitectura, los sitios tienden a presentar construcciones con Talud-tablero, plataformas de templo en forma de “T” y estructuras de juego de pelota de tipo “I”.

-          Fase Hediondo del periodo postclásico tardío (1200-1524 D.C.)
De las fases en las que se encuentra dividida la cronología de la Cuenca El Paraíso, esta fase es de la que menos se conoce pero se considera que las ocupaciones de este periodo deberían verse caracterizadas por el tipo cerámico Rojo sobre Amarillo de Marihua.

Sitios arqueológicos del postclásico
Durante este periodo la Cuenca El Paraiso fue un lugar en el que numerosos sitios fueron habitados por primera vez, entre ellos se encuentran: Cihuatán, Santa María, San Jerónimo, San Francisco, El Zapote, Chacalingo I, Chacalingo II, Santa María y El Chaparral (Albarracín & Valdivieso, 2013; Salgado & Fernández, 2011).
·         Cihuatán:
Sitio arqueológico que abarca cerca de 80 manzanas cuya ocupación fue durante el Postclásico temprano, entre las construcciones destacan dos centros ceremoniales paralelos, dos juegos de pelota y diferentes construcciones de piedra (Boggs, 1974).
De los sitios arqueológicos de la Cuenca El Paraíso, Cihuatán es uno de los que más ha sido investigado en los últimos años por lo que actualmente el uno de los sitios más conocidos y el único que se encuentra abierto al público. 

·         Santa María:
Ubicado cerca de Cihuatán, Santa María fue probablemente una ciudad subordinada politicamente por Cihuatán por lo que ambas poblaciones compartía su ideologia, economia y condicion social por lo que para el siglo XIII, cuando Cihuatán fue abandonado, Santa María tambien lo fue (Fowler & Earnest, 1983).
      Lamentablemente, la información presentada por la ficha de registro de este sitio es bastante limitada por lo que parece desconocerse la extensión del sitio así cómo las estructuras presentes en el. 

·         Las Pampas
Sitio arqueológico localizado en Aguilares, San Salvador en un área cercana al Río Acelhuate; presenta plataformas de diferentes dimensiones, construidas con piedras y adobe. Asimismo, se han logrado encontrar diferentes entierros en el centro basal de una de las estructuras del sitio (Boggs, 1920).

·         San Francisco
Localizado en Aguilares, el sitio de San Francisco conocido previamente como “La Glorieta”, es un sitio en el que se encuentra un complejo de estructuras las cuales para 1980 mostraban daños de destrucción probablemente por el cultivo de caña (López, 1980).

·         El Zapote
Ubicado al Norte del Río Lempa, con una extensión de 10 manzanas, este sitio se localiza en el municipio de Suchitoto. A pesar de ser mencionado por Fowler y Earnest ( 1983) como un sitio del postclásico, la ficha de registro del sitio presenta poca información por lo que hay muchos datos desconocidos (Estrada, 1976).

·         Moncagua
Situado en Suchitoto, con una extensión de 10,000 mts², este sitio se encuentra formado por tres montículos unidos con una altura aproximadamente de cinco metros. Entre el material encontrado se encuentra cerámica polícroma, obsidiana y fragmentos de metates (Valle, 1976).

·         Los Yancos
Sitio arqueológico con una extension de media manzana localizado en Chalatenango; se conoce poca información pues fue uno de los sitios dañados por la construcción de la presa Cerrón Grande en 1976 (1976).

·         San Cristóbal
Ubicado en Aguilares, el sitio de San Cristóbal tiene una extensión de apróximadamente siete manzanas dentro de las cuales se encuentra un grupo de por lo menos siete montículos (López, 1980).
            
          Como se ha mencionado previamente, la Cuenca El Paraíso fue un área altamente habitada, sin embargo, a pesar de que se conocen asentamientos fechados para el postclásico, las investigaciones del área para esa época se han visto limitadas principalmente a Cihuatán; es posible tambien que muchos de estos sitios hayan sido destruidos a causa de la construcción de la presa hidroélectrica Cerron Grande o a raiz de cultivos de la población.

            A pesar de ello, Martínez y Arévalo (2007) mencionan diferentes sitios cuya información parece ser limitada a las fichas de registro de SECULTURA y en algunos casos como los sitio Chalingo I y II, no se logró encontrar esta ficha.
·         Santa Bárbara
·         El Chaparral
·         Chalingo I
·         Chalingo II
·         El Dorado
·         El Tablón
·         Malacatero
·         El Salitre
Es importante tambien el tener en cuenta que muchos de estos sitios cuentan con un fechamiento relativo por lo que es necesario el desarrollo de más investigaciones para afirmar con certeza sobre su datación por lo que la lista de sitios pertenecientes a este periodo podria ser modificada en el futuro.

Consideraciones finales
La Cuenca El Paraíso ha sido desde tiempos precolombinos un área altamente poblada gracias a la riqueza geomorfologica con la que cuenta debido principalmente al Río Lempa (Albarracín & Valdivieso, 2013).
Lamentablemente, la información conocida sobre esta área durante el postclasico mesoamericano es bastante limitada; a pesar de ello gracias a los estudios realizados en sitios como Cihuatán ha sido posible conocer que en el área los asentamiento solían situarse el lomas; esto ha sido interpretado por algunos investigadores como una manifestación del militarismo acentuado que se refleja durante el postclásico (Delgado, 2006).
Asimismo, se conoce que la población que habitó en la Cuenca pudo haber venido de México, especialmente del sitio Cantona o pudo haber sido un grupo de afiliacion a esta poblacion pues el sistema constructivo de estos sitios se asemejan entre sí (Albarracín & Valdivieso, 2013).


Referencias

(1976). Ficha de registro nº 21-A8. El Salvador.
Albarracín, J., & Valdivieso, F. (2013). Pasado, presente y futuro de la arqueologia en El Salvador. Identidades, 59-93.
Baudez, C. (2004). Una historia de la religion de los antiguos Mayas. México: UNAM.
Boggs, S. (1920). Ficha de registro nº 22-2. El Salvador.
Boggs, S. (1974). Ficha de registro nº 22-1. El Salvador.
Delgado, G. (2006). Historia de México. Pearson Educación.
Earnest, H. (1976). Arqueología proyecto de rescate "Cerrón Grande" excavaciones-interpretaciones "Hacienda Santa Barbara". Colección antropología e historia Nº7 administración del patrimonio cultural.
Eggebrecht, E., Eggebrecht, A., Seipel, W., Grube, N., & Krejci, E. (2001). Mundo Maya. Guatemala: Cholsamaj.
Estrada, N. (1976). Ficha de registro nº 22-2. El Salvador.
Fowler, W., & Earnest, H. (1983). Patrones de asentamiento y prehistoria de la Cuenca del Paraiso de El Salvador. Pittsburg.
López, N. (1980). Ficha de registro nº 22-3. El Salvador.
López, N. (1980). Ficha de registro nº 22-30. El Salvador.
Lowe, G. (1998). Mesoamerica olmeca: diez preguntas. Chiapas: Centro de Investigaciones Humanisticas de Mesoamerica y el Estado de Chiapas-UNAM.
Martínez, E., & Arévalo, F. (2007). Reconociendo la Cuenca del Paraíso: Realidad de los sitios arqueológicos inundados en la presa hidroeléctrica Cerrón Grande. XXI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 611-624.
Monterroso, M. (1999). Esquema Croologico de Mesoamerica. Historia General de Guatemala, 125-137.
Salgado, S., & Fernández, E. (2011). Elementos para el estudio de una migracion antigua: el caso de los Corotega-Mangue. Cuadernos de Antropología.
Sánchez, H. (2005). Historia de Mexico. Mexico: Pearson Educación de México, S.A. de C.V.
Valle, N. (1976). Ficha de registro nº 22. El Salvador.


viernes, 15 de julio de 2016

La Sintesis Imperial: una critica al planteamiento de Trigger (1992)

Datos de la autora: 
Katherine L. García 
Estudiante de Licenciatura en Arqueología 
San Salvador, 2016

Durante muchos años, el estudio del ser humano ha ido cambiando y creciendo con los aportes de diferentes científicos, uno de estos grandes aportes fue el de la evolución propuesta por Charles Darwin en 1859 y cuyas investigaciones fueron el impulso de muchos científicos como John Lubbock quien consideraba la evolución cultural unilineal.
Si bien, considero que la evolución cultural es un hecho pues como seres humanos estamos constantemente cambiando nuestra cultura, descarto el que esta evolución sea unilineal pues cada una de las personas y sociedades realizamos este cambio o evolución cultural en el que cada cultura es producto de una secuencia única de desarrollo por lo que la evolución cultural debería ser multilineal pues no siempre se puede observar el mismo resultado ante una práctica cultural debido también a que las condiciones sociales de cada grupo e incluso de cada persona no son uniformes.
Lubbock (citado en Trigger, 1992) toma el trabajo de Darwin y plantea que como consecuencia de la selección natural, los grupos humanos nos diferenciamos no solo culturalmente sino también en cuanto a nuestra capacidad biológica para manejar la cultura; Lubbock planteaba también que la población europea es cultural, emocional e intelectualmente más avanzada y utilizaba la selección natural como justificación de la desigualdad social.
En mi opinión, Lubbock transformó los aportes de Darwin en algo influenciado por sus prejuicios, orgullo y desprecio hacia otras civilizaciones por lo que sus aportes carecían completamente de objetividad y perdieron el enfoque científico que poseía la evolución de Darwin.
Este sentimiento de Lubbock hacia grupos no europeos se reflejo también al afirmar una deficiencia moral en grupos determinados que agredían a niños, asesinaban a personas de la tercera edad, practicaban sacrificios humanos o que comían carne humana, por lo que no tuvo en consideración tampoco el relativismo cultural al momento de plantear sus estudios y no dio mayor información sobre estos grupos.
Ahora bien, pienso que biológicamente, existe una diferenciación étnica o “racial” pero esta diferenciación se limita a aspectos como el color de ojos, cabello, piel y otros rasgos físicos que pueden observarse a simple vista y debo incluir la morfología ósea entre estas diferenciaciones biológicas, pero en cuanto a órganos, sus funciones, capacidades o disfuncionalidades, no considero que exista una diferenciación y como fundamento está el hecho de que incluso previo a la llegada de grupos europeos a América, se contaba con elementos como calendarios, numeración e incluso astronomía y medicina; es más incluso se conocían muchas cosas que previamente se desconocían y en contraste con lo planteado por Lubbock debo afirmar que se contaba con tecnologías tanto que se conocían como se desconocían en Europa como por ejemplo el manejo del oro.
Asimismo, opino que estas diferenciaciones biológicas son determinadas por factores tanto externos como el medio ambiente y factores internos como las costumbres y tradiciones y esto podemos verlo reflejado en la morfología ósea la cual puede ser modificada por las actividades que realicemos pero esto no debería considerarse como que influencie también nuestras capacidades de razonamiento.
Además de los planteamientos previos, me parece curioso el hecho de que Lubbock propusiera el que los europeos son más avanzados debido a su evolución cultural y biológica pues considero importante el que no se mencionara que de acuerdo a investigaciones paleo antropológicas, los orígenes del ser humano se sitúan principalmente en África por lo que siguiendo la lógica de Lubbock, ¿No deberían ser entonces los africanos los más “civilizados”?
De igual forma, otro de los elementos que Lubbock dejó de lado es el que la cultura no es innata sino que se aprende pues se define como “una construcción que describe el cuerpo total de las creencias, comportamiento o conducta, saber, sanciones, valores y objetivos que señalan el modo de vida de un pueblo.” (Marzal, 1996, pág. 196) y un elemento fácil de identificar en el que podemos observar esto es en el idioma lo cual es un constituyente significativo de una cultura.
Durante el siglo XIX, las investigaciones de Lubbock impulsaron también a arqueólogos europeos que permitieron reforzar los enfoques e interpretaciones racistas pero estas investigaciones impulsaron también a investigadores americanos para contrastar los fundamentos racistas sin embargo por mucho tiempo estos esfuerzos se vieron limitados al no poder fundamentar una evolución multilineal ni el origen de tradiciones por medio del difusionismo y es entonces cuando el trabajo de Franz Boas otorga explicaciones a muchos de estos fenómenos e impulsa el trabajo de otros investigadores (Trigger, 1992).
En conclusión, considero que las interpretaciones realizadas por Lubbock carecían de objetividad y trataron de darle una connotación errónea a la evolución planteada por Darwin pues Lubbock la aplicó para refutar su creencia de una Europa superior tomando en cuenta elementos que solo enfatizaron sus ideas y realizando interpretaciones racistas hacia ellas lo que más tarde impulsó también a políticos como Hitler y que considero que continua influenciando el pensamiento de algunos europeos por lo que investigaciones como las de Boas realmente son muy importantes y necesarias para poder refutar dicha creencia.

Referencias

Marzal, M. (1996). Historia de la Antropologia 2. Antropologia cultural. Quito: Abya-Yala.
Trigger, B. (1992). Historia del Pensamiento Arqueologico. Barcelona: Editorial Critica, S.A.



sábado, 18 de junio de 2016

El Mozote, diciembre de 1981: Un acercamiento desde la memoria histórica

Datos de la autora: 
Katherine L. García 
Estudiante de Licenciatura en Arqueología 
San Salvador, 2016
  
Entre los años de 1980-1992, en El Salvador se desarrolló una guerra civil el cual concluyo el 16 de enero de 1992 con la firma de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno Salvadoreño y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Como resultado de esta guerra, alrededor de 75000 personas fallecieron en estos 12 años. De estas 75,000 personas, alrededor de 1,000 niños, hombres, mujeres y personas de la tercera edad fueron asesinadas por fuerzas militares salvadoreñas, a principios de diciembre de 1981. Esta investigación presenta información sobre este hecho conocido actualmente como la “masacre en El Mozote” con el propósito de comprender lo sucedido durante este suceso y las repercusiones que este tuvo durante la guerra civil salvadoreña del siglo XX. Asimismo, se plantea la importancia que ha desempeñado el estudio arqueológico dentro del proceso de investigación post-guerra en El Mozote y los cantones aledaños (Martínez, 2011) (Guillermoprieto, 2012) (Ortiz-Mejia, 2015).

Guerra civil de El Salvador

Según González & Mason (2010), los inicios de la guerra civil salvadoreña se remontan a 1932 cuando la inconformidad social inicia a raíz de la Gran Depresión que afecta la economía mundial y en el caso de El Salvador, derrumba los precios del café de lo cual depende enteramente la economía salvadoreña, se empieza a desarrollar entonces una problemática social que conlleva a que en 1930 se cree el Partido Comunista de El Salvador (PCS) el cual es el primer partido político de izquierda en el país; posteriormente en 1931, se da un el golpe de Estado del General Maximiliano Hernández Martínez contra el presidente Arturo Araujo lo cual provoca a que en 1932, el PCS lleve a cabo un levantamiento campesino en contra del Estado lo cual resulta siendo una matanza de miles de indígenas, campesinos, activistas políticos de izquierda y sindicalistas.
Posteriormente, se desarrollas diferentes problemáticas sociales en el país como la primera huelga nacional de maestros en 1968 lo cual conlleva a la movilización de la sociedad civil en contra del gobierno salvadoreño desarrollándose así grupos armados de guerrilla rural y urbana (Ídem, 2010).
Con base a lo propuesto por González & Mason (2010), durante 1979 y 1981 se lleva a cabo un auge en la represión contra los movimientos sociales izquierdistas de parte del gobierno militar derechista lo cual conlleva a que en 1980, fuerzas militares asesinen al arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero y a que el 10 de octubre de ese año se forme el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) quienes el enero de 1981 lanzan una ofensiva general lo cual se considera el detonante de la guerra civil salvadoreña.
A partir de esto es posible afirmar que:
La guerra civil fue el resultado de un largo periodo de exclusión social, económica y política a la que fueron sometidos grandes sectores de la población…Hubo una combinación de factores internos y externos que en los años anteriores a la guerra impidió una modernización a fondo de la política, la economía y la sociedad…Esta forma de represión extrema marco el tono en el sistema utilizado decenios después para responder a las exigencias de las organizaciones campesinas. Los militares tuvieron desde entonces un papel dominante en el gobierno nacional y en la política (Van Der Borgh, 2003, págs. 41-42).
            De esta forma, la década de 1970 fue una época de represión campesina, de conflictos por tierras, de fraudes políticos y de organización social el cual entre 1980-1982 alcanza su clímax con el asesinato de miles de activistas y simpatizantes de izquierda por parte del ejército y los escuadrones de la muerte, quienes asesinaban a cualquier persona que consideraban sospechosa de relacionarse con actividades políticas en contra del Estado (Van Der Borgh, 2003).
            Así, la violencia es utilizado como un recurso para el conflicto político lo cual conlleva a una guerra de más de diez años la cual se finaliza en 1992 con los Acuerdos de Paz entre el gobierno salvadoreño y el FMLN firmados en México tras dos años de negociación lo cual resultó en la reforma de las Fuerzas Armadas salvadoreñas, del sistema electoral y judicial, la creación de una Policía Nacional Civil y en la adopción de medidas de reforma en el campo socio económico (Martínez, 2011).

Fuerzas Armadas de El Salvador: El Batallón Atlácatl
           
El Batallón de Infantería de Reacción Inmediata (BIRI) Atlácatl, fundado el 1 de marzo de 1981 por el Teniente Coronel Domingo Monterrosa Barrios, fue un batallón militar salvadoreño que en un principio se conformó por 80 hombres seleccionados por sus antecedentes violentos o indisciplinados a quienes posteriormente se les unieron diferentes bloques de efectivos llegando a conformar así más de mil hombres quienes fueron preparados como una fuerza elite de combate cuyos oficiales habían recibido capacitación de cursos especiales de entrenamiento en países como Colombia y Estados Unidos, estos últimos siendo de gran apoyo para la capacitación de este batallón así como de apoyo de armas ya que este fue el primer grupo en recibir donaciones de fusiles de alta velocidad conocidos como M-16 (Informe de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador, 2008).
            Según Martínez-Pénate (2008), el Batallón Atlácatl era considerado el mejor batallón de elite de la Fuerza Armada dado a que incluso batallones como el Bracamonte, Arce, Belloso y Atonal mostraban respeto a los integrantes del BIRI Atlácatl por ser los más valientes ya que no se “corrían” y no dejaban tirado a sus compañeros en el campo de batalla.
            Dentro de las brutalidades que realizó este Batallón destacan la masacre en El Mozote ocurrida en 1981 y  el asesinato de los seis padres jesuitas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) en 1989 (Cabrera, 2012).

Domingo Monterrosa
           
Nacido el 4 de agosto de 1940 en Berlín, Usulután, Domingo Monterrosa, inicio sus estudios militares en 1960 en la Escuela Militar “Capitán General Gerardo Barrios”  donde finalizo sus estudios el 12 de noviembre de 1963 siendo ascendido a Teniente lo cual le permitió para el 31 de diciembre de 1980 ser ascendido a Teniente Coronel. Posteriormente tras comandar diferentes grupos militares, paso en 1981 a ser comandante del BIRI Atlácatl, hasta 1983 cuando seria ascendido a Comandante de la Tercera Brigada de Infantería ("Domingo Monterrosa", 2011).
            Debido a que el BIRI Atlácatl era liderado por Monterrosa en diciembre de 1981, y a testimonios de personas que hablaron sobre la masacre de El Mozote presentado en libros como Luciérnagas en El Mozote (Amaya, Danner, & Heríquez, 2014) y Las Mil y una historias de Radio Venceremos (López, 2008) , se considera que Monterrosa estuvo involucrado en esta masacre.
            Esto y otras acciones de Monterrosa en contra de la guerrilla salvadoreña, provocaron que guerrilleros de la Radio Venceremos idearan una forma de asesinar al Coronel quien tenía un gran deseo de acabar con dicha radio y con Joaquín Villalobos por lo que diferentes miembros de la Radio Venceremos dentro de los cuales destacan Atilio, Luisa, Mauricio, y otros guerrilleros más idean una forma de matar al Coronel Monterrosa usando de carnada una bomba dentro de un transmisor que abandonaron conociendo que Monterrosa solía guardar “trofeos” de guerra lo que conllevo a que el coronel pensara que finalmente había capturado a la Radio Venceremos (López, 2008).
De este modo,  el 23 de octubre de 1984 fallece el Teniente Coronel Domingo Monterrosa junto a seis jefes de batallones, un periodista del COPREFA, un camarógrafo y un sonidista al ser explotado por miembros de la guerrilla el helicóptero en el cual se transportaban (Ídem).
Para el 25 de octubre de 1984, diferentes medios de comunicación internacionales daban a conocer la muerte de Monterrosa; uno de estos medios fue el periódico Español “El País” el cual afirmaba que:
El teniente coronel José Domingo Monterrosa, de 43 años, considerado como el mejor estratega del Ejército salvadoreño, murió el martes al ser derribado por la guerrilla un helicóptero militar. La emisora rebelde Radio Venceremos informó que la emboscada corrió a cargo de unidades guerrilleras especiales, infiltradas en una zona que ocupaba el ejército. Varias ametralladoras concentraron su fuego sobre el aparato cuando despegaba con jefes militares a bordo. Murieron 14 personas, entre ellas dos tenientes coroneles, dos mayores y tres subtenientes. El ejército atribuyó el hecho a fallos mecánicos, aunque no descartó que se hubiera producido por disparos de la guerrilla.

El ataque tuvo lugar a las 16.50 horas, en las cercanías de Joateca, departamento de Morazán....Monterrosa estaba convencido de que en esta ocasión había logrado acorralar a su principal enemigo, el comandante guerrillero Joaquín Villalobos, que pasa por ser el jefe militar más capaz de la guerrilla. Entre ambos se había establecido una competencia singular a lo largo de todo el escenario bélico oriental, alimentada a menudo a través de las emisiones de Radio Venceremos, que le había convertido en la bestia parda del ejército (Ceberio, 1984).

Así, Domingo Monterrosa quien para algunos era un héroe militar anti-comunista y seguramente sería presidente del país en un futuro cercano, mientras que para otros era un déspota asesino que lideraba a los “ángeles del infierno” (nombre atribuido por el haciendo referencia al Batallón Atlácatl) y quien autorizó la masacre de El Mozote, es asesinado al explotar el helicóptero en el cual se transportaba y cuyos restos caen entre Joateca y El Mozote tres años después de la masacre, lo cual se encuentra narrado entre las paginas 313-338 de “Las mil y una historias de Radio Venceremos” (Alexander, 2014) (López, 2008).

El Mozote

            Ubicado en los Municipio de Meanguera y Joateca, Departamento de Morazán, El Salvador, se sitúan los cantones de El Mozote, La Joya, Ranchería, Cerro Pando, Cerro Ortiz y el Jocote Amarillo los cuales en diciembre de 1981 fueron víctimas de una masacre de gran magnitud durante la guerra civil salvadoreña (Informe de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador, 2008).
            Según el Informe de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador (2008), esta masacre se desarrolló entre el 09 y el 13 de diciembre de 1981 y fue el resultado de un crimen de la Fuerza Armada contra comunidades de población civil en Morazán. Dentro de los principales autores de este exterminio civil se señala a los miembros del BIRI Atlácatl, con el apoyo de la Fuerza Aérea Salvadoreña, la Brigada de Artillería “Teniente Coronel Oscar Osorio”, el Centro de Instrucción de Comandos de la ciudad de San Francisco Gotera y la Tercera Brigada de Infantería de San Miguel. Asimismo, se señaló específicamente al Teniente Coronel Domingo Monterrosa Barrios, al Capitán Salazar y al Mayor Cáceres Cabrera como principales dirigentes de la masacre.
            Dado a que de las mil víctimas aproximadas de esta masacre, alrededor de 400 se localizaron en El Mozote o a que la única testigo visual, Rufina Amaya, superviviente que escapo de los soldados en El Mozote, se tiende a hacer referencia a esta masacre como la “Matanza de El Mozote” a pesar de que la masacre se desarrolló también en cantones aledaños a este cantón (Ídem) (Binford, 1996).
            Según Binford (1996), la matanza se llevó a cabo entre el 11 y 13 de Diciembre fechas que también se presentan por Rufina Amaya en su relato de lo ocurrido en el libro “Luciérnagas en El Mozote” (Amaya, Danner, & Heríquez, 2014).
            Debido a ello, es posible afirmar que el operativo denominado “Operación Rescate” se desarrolló entre el 09 y 13 de diciembre pero que la matanza se desarrolló entre el 11-13 de ese mes.
            El mencionado operativo recibió diferentes nombres como “Operación Rescate”, “Yunque y Martillo” e incluso actualmente se le conoce como “Operativo militar de exterminio” y estaba integrado por diferentes tropas de la Fuerza Armada de El Salvador haciendo un total de alrededor de dos mil hombres (Informe de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador, 2008).
            Ahora bien, mucho se ha discutido sobre lo que motivó a la Fuerza Armada a llevar a cabo esta matanza. Para Rufina Amaya (Amaya, Danner, & Heríquez, 2014), quien para la época de la masacre tenía 38 años y vivía con cuatro de sus hijos y su esposo, uno de sus vecinos, Marcos Díaz había sido informado por un soldado un par de días antes de la masacre sobre la llegada de los soldados quienes iban en busca de los guerrilleros y deseaban “limpiar” la zona para la protección de la población. Este mismo soldado prometió que no se le haría daño a la población y les advirtió que si abandonaban sus hogares y huían, los soldados pensarían que eran guerrilleros o colaboradores con la guerrilla por lo que a pesar de que una pequeña parte de la población abandono el caserío, una gran parte de ella se quedó en el lugar.
Asimismo, esto incentivó a que pobladores de los caseríos vecinos buscaran protegerse en El Mozote pues consideraban que allí estarían seguros. Al llegar los soldados sin embargo, estos llegaron atemorizando a la población por medio de amenazas asegurando que en ese lugar se encontraban los guerrilleros cuando realmente en épocas anteriores la población había ayudado a los soldados por medio del comercio y se mantuvo alejada de la guerrilla para evitar exponerse a peligros ante los soldados (Ídem) (Moshman, 2006).
A partir de esto, Chomsky (2012, pág. 40), afirma que en esta operación BIRI Atlácatl llevo a cabo una “orgia de asesinatos, violaciones e incendios…bombardeó de varias aldeas y masacró a cientos de civiles más, fusilándolos, ahogándolos o usando otros métodos. La mayoría de sus víctimas fueron ancianos, mujeres y niños.”
            A pesar de los esfuerzos de la Fuerza Armada por no dejar sobrevivientes y porque la historia no saliera a la luz, para el 17 de diciembre de ese año, Santiago, miembro de la Radio Venceremos, visitó el lugar y dio a conocer por medio de la radio el hecho de que el batallón Atlácatl masacró a mil civiles así, se empezó a buscar el hacer conocer la historia internacionalmente pues el gobierno salvadoreño estaba violando los Derechos Humanos, de este modo, para el 28 de Enero de 1982 la noticia sobre esta masacre era presentada en países como Estados Unidos en el “The New York Times” mientras que para el 19 de diciembre de 1981, medios de comunicación nacionales como La prensa gráfica reportaban que la “Operación Rescate” había concluido y se había logrado recuperar Morazán pues grupos “extremistas” habían estado sembrando pánico entre los campesinos (Amaya, Danner, & Heríquez, 2014).
            Asimismo, desde 1992, tras los Acuerdos de Paz, grupos de antropólogos forenses extranjeros han estado trabajando en recuperar e identificar los restos de las personas masacradas en El Mozote y sitios aledaños lo cual ha permitido reconocer hasta el 2008 una totalidad de 819 individuos divididos en ocho diferentes sitios, entre ellos se encuentran personas que van desde los dos meses de edad hasta personas de la tercera edad (Ídem) (Informe de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador, 2008).

Conclusión

            A través de la información expuesta ha sido posible comprender que a raíz de la guerra civil salvadoreña se perdieron muchas vidas y en el caso de El Mozote, la totalidad de las vidas perdidas pertenecían a civiles quienes hasta el momento no se ha identificado información que les vincule a grupos ni de izquierda ni de derecha por lo que es posible asegurar que durante la guerra la Fuerza Armada salvadoreña cometió crímenes sin fundamentos lo cual conllevo a que tres meses después de la firma de los Acuerdos de Paz, se creara el Comité “Madeleine Lagadec” el cual busca recopilar testimonios de las violaciones a los derechos humanos ocurridos durante el conflicto civil salvadoreño (Centro para la Promocion de los Derechos Humanos "Madeleine Lagadec", 2007).
            De esta forma ha sido posible la identificación de 35 masacres contra civiles ocurridas en un transcurso de 12 años en el territorio salvadoreños, entre ellas es posible mencionar: Masacre de El Zacamil, Masacre de Girón, Masacre de Copapayo, Masacre del Rio Sumpul, entre otras (Ídem, 2007).

            Debido a ello, es posible comprender la necesidad de llevar a cabo trabajos tanto arqueológicos como antropológicos dado a que con base a lo planteado por Ortiz-Mejía (2015), la arqueología es parte del procedimiento de la investigación llevada a cabo en El Mozote actualmente, pues dentro de la fase de excavación de los restos y la exhumación de ellos o de material asociado, es posible comprender el contexto de la fosa y por este medio obtener una interpretación de cómo llegaron los restos a ese lugar. Asimismo, esta investigación se complementa también por una investigación antropológica social y física.

Referencias

"Domingo Monterrosa". (2011). Obtenido de Monterrosa vive: http://www.domingomonterrosa.com/about-us/
Alexander, C. (2014). China and Taiwan in Central America: Engaging Foreign Publics in Diplomacy. New York: St. Martin´s Press LLC.
Amaya, R., Danner, M., & Heríquez, C. (2014). Luciernagas en El Mozote. San Salvador: Museo de la Palabra y la Imagen.
Binford, L. (1996). The El Mozote Massacre: Anthropology and Human Rights. Tucson: The University of Arizona Press.
Cabrera, M. (2012). Piruetas. Bloomington: Palibrio.
Ceberio, J. (25 de Octubre de 1984). El Pais: Internacional. Obtenido de La guerrilla causa la muerte del mejor estratega del ejército y de otros siete oficiales salvadoreños al derribar un helicóptero: http://elpais.com/diario/1984/10/25/internacional/467506801_850215.html
Centro para la Promocion de los Derechos Humanos "Madeleine Lagadec". (2007). Masacres: Trazos de la historia salvadoreña contados por las victimas. San Salvador: Centro para la Promocion de los Derechos Humanos "Madeleine Lagadec".
Chomsky, N. (2012). Cómo funciona el mundo: conversaciones con David Barsamian. Buenos Aires: Capital Intelectual S.A.
González, R., & Mason, A. (2010). Colombia y el hemisferio frente al nuevo orden global. Barranquilla: Ediciones Uninorte.
Guillermoprieto, A. (2012). La masacre del Mozote. Penguin Random House Grupo Editorial: España.
Informe de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador. (2008). El Mozote: Lucha por la verdad y la justicia. San Salvador: Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador.
López, J. (2008). Las Mil y una historias de Radio Venceremos. San Salvador: UCA Editores.
Martínez, O. (2011). El Salvador: Las Negociaciones de los Acuerdos de Paz (1990-1992). San Salvador: Editorial Nuevo Enfoque.
Martínez-Peñate, Ó. (2008). El Salvador, el soldado y la guerrilla. San Salvador: Editorial Nuevo Enfoque.
Moshman, D. (2006). The Daughters of the Plaza de Mayo. Lincoln: iUniverse.
Ortiz-Mejia, B. (2015). Historia de la Antropologia Forense en El Salvador: El Mozote y Lugares Aledaños vs. El Salvador. En FOESA, Memoria X FOESA (págs. 70-76). San Salvador: Multilibros.
Van Der Borgh, C. (2003). Cooperacion externa, gobierno local y rexonstruccion posguerra. Amsterdam: Rozenberg Publishers.



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Datos de la autora:  Katherine L. García  Arqueóloga  San Salvador, 2018 Localizado en el Departamento de San Miguel,El Salvador, a...