miércoles, 8 de junio de 2016

Parque Arqueológico El Caño Nata, Panamá.

Datos de la autora: 
Katherine L. García 
Estudiante de Licenciatura en Arqueología 
San Salvador, 2016

Introducción
            El sitio arqueológico El Caño Nata se sitúa en el distrito de Nata, provincia de Coclé, Panamá. Se ubica a unos 117 kms. de la ciudad capital. Actualmente, el sitio cubre unas 8 hectáreas las cuales han sido investigadas desde 1926 por diferentes arqueólogos (Instituto Nacional de Cultura, s.f.).
Dado a que desde un inicio el sitio presentó diferentes montículos tallados en piedra, artefactos elaborados en oro, estructuras con una posible función ceremonial y otras asociadas a una función doméstica, arqueólogos como Hyatt Verrill empezaron a realizar excavaciones en el sitio entre 1926 y 1927 dado a que el área en la cual se sitúa El Caño, es posible observar los rasgos culturales e históricos de toda la provincia de Coclé, área habitada desde el 400 a.C. por poblaciones cazadoras y agricultoras ubicadas en el área cultural actualmente conocida como Área Intermedia o Baja Centroamérica (ArqueotouR, 2008) (Constela, 1991).


El Caño
            El sitio arqueológico El Caño se ubica en la provincia actualmente conocida como Coclé, Panamá lo cual lo sitúa en el área cultural denominada “Área Intermedia”. Este sitio destaca por su singular estilo escultórico, por presentar estructuras arqueológicas en piedra y también por los entierros que se han encontrado más recientemente en el sitio (Mayo & Mayo, 2013).
Área Intermedia
Se conoce como “Área Intermedia”, “Circuncaribe” o “Baja Centroamérica (BC)” al área cultural americana que geográficamente se sitúa en la zona que abarca desde el oriente de Honduras hasta la mitad occidental de Colombia, el occidente de Venezuela y las tierras altas y la costa de Ecuador (Constela, 1991).
Según Gordon Willey (1971, citado en López, 1995), esta área se caracteriza por presentar evidencia arqueológica que vincula a su población con actividades agrícola como la yuca y el maíz y que permiten conocer una estratificación social basada en asentamientos de aldeas y una cultura material basada principalmente en artefactos fabricados con arcilla y piedra tallada. Asimismo, se menciona que las poblaciones precolombinas de esta área manipulaban metales como el oro pero en un menor grado que la arcilla y la piedra.
En cuanto a procesos culturales como los entierros, Willey (1971) propone que estos variaban entre urnas, pozos y diferentes ajuares acompañados por ofrendas cerámicas y líticas.
Constela (1991), propone cinco periodos principales para el Airea Intermedia: Periodo Pre cerámico (7000-3000 a.C.), el Periodo Cerámico Temprano (3000-1500 a.C.), el Periodo Formativo (1500-500 a.C.), el Periodo de Desarrollo Regional (500 a.C.-500 d.C.) y el Periodo Tardío (500-1550 d.C.).

Antecedentes del sitio
            El sitio arqueológico El Caño fue excavado por primera vez por el explorador Hyatt Verrill en 1926, financiado por Heye Foundation, con quienes buscaba obtener piezas de colección para el Museo del Indio Americano en Nueva York. Posteriormente, la Heye Foundation retiró su apoyo para el proyecto por lo cual Verrill buscó financiación en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York donde al igual que con el Museo del Indio Americano, Hyatt transportó artefactos encontrados en El Caño (Fundacion El Caño, 2016).
            Según la Fundación El Caño (2016), actualmente las piezas que transportó Hyatt a los Estados Unidos, se encuentran en el Cultural Resource Center del Instituto Smithsonian en Washington D.C.
            A pesar de que en la actualidad es ilegal el transportar piezas de un país a otro de forma permanente o sin autorización, esta ley fue adoptada por las Naciones Unidas hasta 1977 quienes proponen también que las piezas tomadas de su país de origen no deben ser devueltas. Debido a ello, en la actualidad en el sitio arqueológico El Caño se cuenta solo con una parte de las esculturas que transporto Hyatt en 1926 entre las cuales destacan rostros, columnas y megalitos por lo cual lo que quedo en el sitio fueron piezas de basalto de gran tamaño lo cual pudo haber sido el impedimento de Hyatt para transportar estas piezas fuera del sitio (Jackson, 2007).
            Posteriormente, en los años cincuenta, el sitio fue excavado por Gerald Doyle quien encuentra un entierro cerca de una de las estructuras alineadas de monolitos. Dentro de esta temporada de excavación se encontraron a cinco metros al suroeste delas filas de esculturas, nueve osamentas las cuales dos tenían asociadas 37 cuentas de oro y cinco pequeñas placas de 3 a 4 cm de diámetro (Mayo & Mayo, 2013).
Para 1973, el ingenio azucarero La Estrella, tras preparar el terreno para la siembra de caña de azúcar (lo cual impulsó la perdida de innumerables datos arqueológicos e histórico) delimitan el sitio a las 8 hectáreas que lo conforman actualmente e impulsan trabajos de rescate arqueológico de parte de la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico de Panamá (Instituto Nacional de Cultura, s.f.) (Fundacion El Caño, 2016).
Entre 1975 y 1979 la Organización de Estados Americanos patrocina excavaciones lo cual permite que para el 29 de diciembre de 1979 se funde el parque arqueológico, pues durante ese mismo año científicos de los Estados Unidos emplearon una técnica de rayos infrarrojos que permitió localizar otros entierros precolombinos del sitio y por ello se da paso a la excavación de una tumba la cual está compuesta por piezas cerámicas, oro, piedras y restos óseos lo cual es expuesto actualmente en el museo del sitio. Durante estas temporadas también se identifican los montículos M3 y M4 (Instituto Nacional de Cultura, s.f.)(Fundación El Caño, 2016).
Según Mayo & Mayo (2013), durante las décadas de los setenta y ochenta se exploraron doce montículos al oeste del grupo de alineaciones, una calzada y un grupo de esculturas de las cuales se destruyeron ocho por la maquinaria agrícola ingresada a la zona en 1973.
En 1980, Lleras y Barillas (1980, citado en Mayo & Mayo, 2013) realizan la excavación de 16 entierros uno de los cuales se sitúa en el montículo M3 y se encuentra acompañado por ofrendas cerámicas y líticas.
Para 1988, el arqueólogo panameño Carlos Fitzgerald realiza excavaciones en los montículos M3 y M4 lo que permite conocer la relación existente entre el Sitio Conte y El Caño lo cual interpreta como un mismo centro ceremonial regional que desempeña multifunción entre doméstica y ceremonial. Asimismo, Fitzgerald estudia la estratigrafía del área y le otorga un fechamiento al sitio (Fundación El Caño, 2016).
Carlos Mayo y Julia Mayo después de haber realizado una prospección arqueológica en el área en la cual se sitúa El Caño durante el año 2005, realizan una prospección geofísica lo que los conduce a realizar la excavación de cuatro trincheras entre el 2005-2006. Estas trincheras alcanzan una profundidad de 1.5 metros y a pesar de lo que señalaron los resultados de la prospección, no se encontraron estructuras (Mayo & Mayo, 2013).
Luego, en el año 2007, Carlos Mayo y Julia Mayo obtienen financiamiento de la SENACYT, viajan a los Estados Unidos y realizan un inventario de las esculturas de El Caño que fueron trasladadas a principios del siglo XX. Esto les permite llevar a cabo un análisis iconográfico del conjunto  el cual es interpretado como una representación de las actividades que se realizaban en el complejo funerario durante los rituales del mismo (Fundacion El Caño, 2016).
Mayo & Mayo (2013), continúan sus trabajos de excavación para poder identificar las anomalías encontradas en la prospección geofísica y concluyen en que estos son efectos de la topografía del área ya que esta zona de llanuras presenta un clima tropical estacional en la cual las precipitaciones se encuentran relacionadas a los vientos. De este modo, entre abril y diciembre se observa una estación lluviosa mientras que entre enero y marzo se desarrolla un ambiente seco.
Recientemente, Jiménez (2015) afirmó que tras meses de excavación el arqueólogo e historiados Carlos Mayo junto a la doctora en antropología americana y arqueóloga, Julia Mayo, encontraron restos óseos de cerca de 40 individuos acompañados de 500 piezas cerámicas. Asimismo, se afirma que por medio de la investigación de los Mayo ha sido posible comprender mejor sobre los Coclé, población que residió en esta zona.

Cronología del sitio
Como se planteó previamente, durante las excavaciones de 1988, el arqueólogo panameño Carlos Fitzgerald data el sitio El Caño al cual le otorga una cronología entre el Periodo Cerámico Tardío B (900-1100 d.C.) y el Periodo Cerámico C y D (1000-1520 d.C.) es decir, el sitio pertenecería al Periodo Tardío (500-1550 d.C.) propuesto por Constela (1991). Durante esta temporada se le atribuye también que en el Periodo Cerámico C y D el sitio presentó una etapa constructiva de viviendas por lo que la función del sitio debió ser doméstica (Mayo & Mayo, 2013) (Fundacion El Caño, 2016).

Función
A pesar de que Carlos Fitzgerald (2016) le otorga al sitio una multifunción entre doméstica y ceremonial, en investigaciones más recientes Mayo & Mayo (2013) proponen que El Caño realmente desempeñó una función asociada a un cementerio de élite utilizado entre 700-1000 d.C. pues según sus estudios basados en 6 tumbas de El Caño han logrado observar un patrón en la organización del espacio ocupado por los entierros lo cual se encuentra a su vez compuesto por un área construida, destinada a la práctica de rituales funerarios. Esto ha permitido conocer más sobre la estratificación social de la época la cual ha sido interpretada como una división política con base a jefaturas dentro de las cuales existía una elite lo cual puede ser reflejado en artefactos elaborados en oro como pectorales y brazaletes.
ArqueotouR (2008), atribuye entonces a El Caño la construcción de montículos que inicialmente eran viviendas y posteriormente desempeñaron una función de entierros. Asimismo, es posible que se le atribuya al sitio una función ceremonial pues se considera que las estructuras basálticas encontradas en 1926 por Hyatt desempeñaran esta función dado a que el sitio se encuentra dividido en dos secciones, una en la cual se ubican estas columnas basálticas y otra en la cual se sitúan los montículos mortuorios de tipo funerario.
Sin embargo, para Cooke & Sánchez (2004), El Caño era un sitio ceremonial  que se reservaba para eventos específicos de la elite a los cuales también asistían miembros de las comunidades tales como el juego de la balseria, peleas y bailes.
A partir de lo previamente planteado es posible afirmar que el sitio El Caño tuvo una función asociada principalmente a rituales fúnebres de la elite principalmente pero que su función pudo haber estado relacionada también a prácticas ceremoniales y domesticas dentro de los diferentes periodos en los cuales se desarrolló esta población.
Según evidencia de artefactos elaborados en metales como el oro ha sido posible afirmar que este sitio era ocupado por población de la elite pues gran parte de los entierros se han encontrado acompañados por estos artefactos lo cual reafirma que el sitio pudo haber sido un cementerio de la elite. Esto es también afirmado por las excavaciones de los Mayo en el 2011, investigación en la cual se encontró un entierro múltiple en el que uno de los individuos cuyos restos se encontraron como en un baño de oro lo cual parece indicar que podría haber sido un jefe y se encontraba acompañado por alrededor de 25 individuos quienes podrían haber sido cautivos de guerra sacrificados (Owen, 2011)

Conclusión
            El sitio arqueológico El Caño a pesar de no ser el único ubicado en la provincia de Coclé, presenta una gran importancia pues es uno de los dos sitios arqueológicos ubicados en el área que presenta evidencia arqueológica que le da una función asociada a ritos funerarios. Es importante también tener en cuenta los monumentos basálticos que se han encontrado en el sitio y que actualmente una gran parte se encuentra en museos estadounidenses. Debido a ello, Jackson (2007), propone que lo mejor tanto para Panamá como para estos museos seria el que las cabezas de las estructuras decapitadas en 1926 regresaran a las columnas basálticas a las que pertenecen y que en los museos estadounidenses se muestren réplicas de ellos, es posible también que se elaboren réplicas de las cabezas y que estas sean incorporadas a sus respectivas bases en el sitio El Caño, es decir que en el sitio se presenten partes originales como replicas.
Personalmente, considero que lo que podría beneficiar a ambas partes es que algunas cabezas sean devueltas y que se creen réplicas de algunos cuerpos en los museos para que las personas que visiten estos museos comprendan a qué lugar pertenecen y que para otras esculturas del sitio se creen réplicas de cabezas a modo que las personas que visiten El Caño puedan entender que estas piezas están incompletas.
Asimismo, considero que es necesario el llevar a cabo más investigaciones de parte de diferentes arqueólogos pues recientemente estas investigaciones han estado inclinadas a los intereses de los Mayo y a pesar de que ellos han realizado un trabajo bastante sistematizado y completo, el incorporar interpretaciones de otros investigadores permitirían conocer más sobre las dinámicas sociales que se desarrollaron en el área.
Me resulta importante en específico este sitio pues de acuerdo a su periodización, su ocupación empieza el año 900 d.C., época en la cual el área vecina, Mesoamérica, estaba atravesando por varios cambios pues una de las civilizaciones más representativas del área, la maya, colapsó después de cientos de años de apogeo por lo que sería interesante estudiar las dinámicas sociales del Área Intermedia durante esta época.



Referencias

ArqueotouR. (2008). ArqueotouR: Parque Arqueológico El Caño y Museo. Obtenido de Parque Arqueológico El Caño y Museo: http://www.arqueotur.org/yacimientos/parque-arqueologico-el-cano-y-museo.html
Constela, A. (1991). Las Lenguas del Area Intermedia: Introduccion a su estudio areal. San José: Universidad de Costa Rica.
Cooke, R., & Sánchez, A. (2004). Panama indigena: 1501-1550. En A. Castillero, Historia General de Panamá (págs. 47-78). Bogota: Digital Designs Groups, Inc.
Fundacion El Caño. (2016). Fundacion El Caño: El Caño. Obtenido de El Caño: http://www.fundacionelcano.org/index.php/el-parque/
Instituto Nacional de Cultura. (s.f.). INAC: Museo del Parque Arqueológico El Caño. Obtenido de Museo del Parque Arqueológico El Caño: http://www.inac.gob.pa/museos/108-el-cano
Jackson, E. (3 de Junio de 2007). Travel: A vandalized remnant of our pre-Columbian past. Obtenido de A vandalized remnant of our pre-Columbian past: http://web.archive.org/web/20141013050119/http://www.thepanamanews.com/pn/v_13/issue_11/travel_01.html
Jiménez, K. (22 de Abril de 2015). La Prensa: Hallan 500 piezas de cerámica prehispanica en El Caño. Obtenido de Hallan 500 piezas de cerámica prehispanica en El Caño: http://www.prensa.com/cultura/Arqueologos-Cano-hallan-ceramica-prehispanica_0_4191331006.html
Mayo, J., & Mayo, C. (2013). El descubrimiento de un cementerio de élite en El Caño: Indicios de un patrón funerario en el Valle de Río Grande, Coclé, Panamá. Arqueologia Iberoamericana 20, 1-27.
Owen, J. (23 de Diciembre de 2011). National Geoggraphic: "Golden Chief" Tomb Treasure Yields Clues to Unnamed Civilization. Obtenido de "Golden Chief" Tomb Treasure Yields Clues to Unnamed Civilization: http://news.nationalgeographic.com/news/2011/12/111221-gold-panama-cano-chiefs-tombs-science/


No hay comentarios:

Publicar un comentario

El sitio arqueológico Caserío El Hotel: Un acercamiento a su juego de pelota

Datos de la autora:  Katherine L. García  Arqueóloga  San Salvador, 2018 Localizado en el Departamento de San Miguel,El Salvador, a...