miércoles, 14 de diciembre de 2016

Análisis Crítico sobre la Arqueología de Género

Datos de la autora: 
Katherine L. García 
Estudiante de Licenciatura en Arqueología 
San Salvador, 2016

           La arqueología es una de las ciencias sociales que con el paso de los años ha ido diversificando su uso, además de ser una ciencia que estudia al ser humano por medio de los restos materiales, estos restos no se han visto limitados a periodos pre coloniales pues se han ido desarrollando diferentes ramas de la arqueología desde arqueología mesoamericana hasta ramas más específicas como la arqueología industrial, arqueología forense y muchas otras. Ante esto, muchos investigadores como Franz Boas, Lewis Binford, Ian Hodder y muchos más, han desarrollan diferentes enfoques para poder aproximarse a unos resultados más íntegros y confiables en arqueología.
Según Renfrew y Bahn (2007), la arqueología es la ciencia que se encarga de descubrir el pasado por medio del análisis y la interpretación científica teniendo como base el estudio de las sociedades del pasado utilizando principalmente los restos materiales de estas poblaciones, dentro de los cuales destacan las construcciones y artefactos elaborados por el ser humano.
            Debido a ello, con el paso de los años se han ido desarrollando diferentes tendencias que van desde la arqueológica histórica-cultural dentro de la cual fijar un orden cronológico era lo más importante, hasta la arqueología post procesual en la que se critica la rigidez del método científico y se considera que las interpretaciones varían dependiendo de muchos elementos como lo son el sujeto de estudio y el contexto socio cultural del investigador (Hernando, 1992; Johnson, 2000).
            De esta forma, surgen distintos enfoques teóricos en la arqueología, impulsando simultáneamente el surgimiento de nuevas temáticas o punto de enteres de esta ciencia, muchos de los cuales se actualmente se consideran que cortan transversalmente el esquema teorético que ha sido establecido hasta el momento, dentro de las cuales se encuentra la Arqueología de Género (Johnson, 2000).

Arqueología de género       
            Según Serra, Lazcano, y de la Torre (2004), durante la década de 1990 se inician nuevos campos de investigación y análisis en arqueología, dentro de este período surge la “arqueología de género” que busca rescatar información sobre la construcción de roles de género, la relación entre los hombres y las mujeres dentro de los procesos sociales y las ideologías y representaciones que conforman a una cultura.
Por otro lado, Johnson (2000), plantea que la arqueología de género:
Abarca diversas cuestiones que incluyen: la corrección de sesgo androcéntrico en arqueología, la crítica de las estructuras que gobiernan la práctica arqueología: la revisión de la historia de la arqueología, la investigación del género en arqueología, y una crítica de lo que se ve como naturaleza androcéntrica del conocimiento académico y del mundo académico en general. (pp. 154).
Asimismo, Gosden (1999) plantea que la teoría feminista enfatiza en el hecho de que en la vida humana, ningún aspecto (como el género) debe o puede considerarse de forma aislada pues toda identidad humana se crea por medio de diferentes influencias y especialmente en el caso del género, pues este es considerado no como un aspecto invariante dentro de la vida de las personas, sino algo que es tomado en cuenta en circunstancias y situaciones particulares, esto se debe a que se considera a cada persona como un ente que está en un estado constante de cambio, debido a ello es que algunos investigadores tienden a relacionar la arqueología de género con la arqueología de agencia.
Personalmente, me encuentro de acuerdo con Gosden pues considero que el género tiene bastante importancia para un estudio arqueológico ya que  es un aspecto muy influyente dentro de la vida de una persona y esto ha sido reflejado dentro de la historia pues constantemente se ha hecho énfasis en que en algunas culturas, algunos roles han sido atribuidos a hombres mientras que otros han sido atribuidos a mujeres exclusivamente.
Como se ha establecido previamente, la arqueología de género incluye diferentes temáticas, ante la corrección del sesgo, Johnson (2000) enfatiza en que dentro de la historia una de las principales problemáticas ha sido el que el situar a las mujeres dentro de la historia ha sido de gran trabajo pues ha sido difícil el interpretar su forma de pensar lo cual es constantemente atribuido a elementos androcéntricos donde se define un dominio masculino como algo normal o incluso natural pero, ante esto, muchas personas feministas establecen que continuamente de forma inconsciente muchos estudios han sido elaborados desde una perspectiva que favorece el género masculino.
Ante lo previamente planteado, debo estar de acuerdo ya que considero que a pesar de que como plantea Johnson, ha sido difícil el situar a las mujeres dentro de la historia, considero que problemáticas como estas podrían ser resueltas simplemente al llevar a cabo un lenguaje inclusivo en el cual no se hable del “hombre” sino más bien del “ser humano”, la “población” o “las personas”. Asimismo, considero que problemáticas como estas podrían ser solucionadas si se tienen en cuenta elementos como los mencionados a modo de que la persona investigadora no se limite a la obtención de información de personas de un mismo género, al menos eso en ciencias en las que se puede encontrar existente de ambos géneros en la población.
En arqueología sin embargo, es frecuente el estudio de poblaciones extintas por lo que en este caso considero que lo más apropiado es que el equipo de investigadores cuente con una mente más abierta en la cual se reconoce que pese a que en muchos casos los hombres han representado una posición de poder, ha sido posible identificar grupos culturales en los que la mujer ocupaba un rol dominante dentro de la población, por lo que al momento de realizar una interpretación, se deben tener en cuenta estos elementos o esta apreciación podría ser un resultado exagerado de investigadores que se centraron en la idea de una sociedad patriarcal.
Es posible observar esta dinámica reflejada en interpretaciones arqueológicas salvadoreñas como es el caso del Sitio Arqueológico Joya de Cerén donde una de las estructuras ha sido interpretada como el hogar de un chamán o una chamana.
Por un lado, algunos investigadores consideran que la estructura correspondiente al uso de la persona encargada de las prácticas rituales, conocida con el título de “chamán”, era el hogar o lugar de trabajo de una chamana, es decir, una mujer; tomando como base la presencia de un peine cerca de la estructura, pero el género de este personaje aún se encuentra sujeto a interpretaciones e investigaciones.
Lo anterior me conduce a discutir el por qué en un principio (antes del hallazgo del peine) gran parte de la población no veía problema en aceptar que la estructura era de un chamán pero tras el hallazgo, se ha iniciado una discusión en la cual parece ser difícil el aceptar que una mujer pudo haber desempeñado este rol. Encuentro esto muy curioso pues se fundamentó que la persona era hombre basándose en que en la mayoría de los grupos mesoamericanos, los hombres ocupaban un rol dominante, sin embargo, se ha encontrado evidencia que señala que una mujer pudo haber ocupado este puesto y entonces surge un debate científico sobre la temática lo cual continua desarrollándose.
Es decir, parece ser que es más difícil aceptar que una mujer mesoamericana desempeñara el rol de chamana que el que un hombre ejerciera esta función debido a lo que la mayoría de interpretaciones a lo largo de los años han señalado de los grupos mesoamericanos.
Esta problemática es planteada por Renfrew y Bahn (2007), quienes afirman que el estudio de la arqueología de género es importante pues permite contrarrestar múltiples tendencias previas dentro de las cuales destaca la visión androcéntrica de que el rol de la mujer prehispánica se limitó al de ser madre y compañera sexual.
De este modo, recientemente se ha ido reconociendo el papel de la arqueología de género como una forma de igualar el interés en arqueología sobre los hombres y mujeres impulsando así el desarrollo de estudios comparativos.
Bárcena (s. f.), afirma que culturas como los mexicas consideraban igual de poderosas a las diosas que a los dioses siendo ambos reconocidos y venerados de igual forma pues las diosas eran consideradas como el soporte de la sociedad, constructoras y protectoras y son ellas quienes protagonizan el nacimiento de grandes dioses de esta cultura. Entre estas diosas mexicas se encuentran Xochiquetzal, Coatlicue, Teteoinan, Tonantzin, Chicomecóatl, entre otros.
De este modo, a pesar de que muchas mujeres se encargaban de las actividades domésticas dentro de una población, dependiendo de su linaje y oficio, desempeñaban diferentes actividades tales como astrologas, curanderas, parteras e inclusive prostitutas, roles respetados y reconocidos por la población (Bárcena, s. f.).

Consideraciones finales
El género es un elemento importante dentro de lo que constituye la identidad de una persona pues se manifiesta en la forma en la que se vive, expresa y siente, permitiendo así que tanto la identidad como el género se expresen combinados en las actitudes que brindan los parámetros socio-culturares a un grupo determinado (López Hernández & Rodríguez-Shadow, 2011).
Debido a esto, la incorporación de una perspectiva basada en la arqueología de género es de gran necesidad para lograr el desarrollo de investigaciones integras y objetivas actualmente pues si se le otorga importancia solo a el hombre o solo a la mujer, se le quita representatividad al otro género.
Por medio de esta investigación se han presentado diferentes ejemplos sobre la forma en la cual se evidencia la importancia que desempeñaron ambos géneros para una población mesoamericana, a pesar de que la mayoría de ejemplos son en relación al rol de la mujer, la arqueología de género no se enfoca solo a este género pues de hacerlo sería la arqueología feminista; mientras que la arqueología de género busca corregir la idea de que los hombres fueron los únicos que cumplieron un rol de liderazgo o de importancia para las sociedades pasadas.

Referencias

Bárcena, L. (s. f.). Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Obtenido de La mujer gobernante en la época prehispánica: https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/prepa4/n5/e1.html#refe1
Hernando, A. (1992). Enfoques Teóricos en Arqueología. Madrid.
Johnson, M. (2000). Teoria Arqueológica. Una Introducción. Barcelona: Editorial Ariel.
López Hernández, M., & Rodríguez-Shadow, M. (2011). Género y sexualidad en el México antiguo. México: Centro de Estudios de Antropologia de la mujer.
Renfrew, C., & Bahn, P. (2007). Arqueología. España: Akal.

Serra, M., Lazcano, J., & de la Torre, M. (2004). Explotación prehispánica de recursos en el sur del valle de Tlaxcala: una perspectiva de género. En P. Alberti, Género, ritual y desarrollo sostenido en comunidades rurales de Tlaxcala (págs. 199-218). México.

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